Diego y Rosa han sido extremadamente amables y hospitalarios con su casita. Hemos viajado con nuestras perras y no nos han puesto ninguna pega ni suplemento. El jardín les ha encantado, aunque al principio les costaban los escalones con vuelo, luego lo han aprendido y estaban felices.
La casa es muy amplia y la calefacción funciona estupenda, hemos estado calentitos. Estaba perfectamente equipada y no hemos echado nada en falta. El único punto a mejorar es el somier de la cama principal, pero luego nos fuimos a otra habitación y esas camas eran comodísimas. Hemos dormido genial.
El pueblo es muy hospitalario, son muy poquitos habitantes. La penita es que se quemó el alrededor el año pasado, pero está cerca relativamente del Parque Natural de Mocayo.