Hotel situado a las afueras de Salamanca, con fácil acceso y aparcamiento en los alrededores. El centro de la ciudad está a unos 15 minutos andando. Un paseo. El hotel en si está bien, aunque algunos elementos del mobiliario deberían renovarse (muebles descascarillado, sofá manchado ...). Pero en general, bien, con todos los servicios necesarios y con una pequeña cocina que, aunque no usamos, te puede sacar de algún apuro. Hay cafetera de monodosis y como atención, te dejan en la habitación una cápsula para cada huésped (nos faltó la del segundo día ..). También te dejan una botellita de agua en la nevera para cada huésped. Es de agradecer. La atención del personal de recepción, muy amable.