Las habitaciones estaban muy limpias y espaciosas, el único pero es que nos pusieron en la primera planta y había mucho ruido en el restaurante a primera hora de la mañana además de los ruidos de los otros clientes de las habitaciones. En cuanto al desayuno genial, todo muy bueno y sano si quieres, además la atención fue fantástica, en especial Cristina, que nos atendió fenomenal. Volvería sin dudarlo, aunque no querría una primera planta