Todo iba muy bien, Manolo fue una muy buena persona y amable al recibirnos, el chico de la mañana un portugués igual muy amables, pero la segunda noche fue bastante molesta que el chavo que estaba en la recepción desde las 9 hasta las 12:30am estuvo hablando casi gritando y no dejaba descansar, queríamos dormirnos temprano por eso llegamos a las 8 pm y vaya que no pudimos dormir si no hasta pasada la 1 de la madrugada, porque la persona que estaba yo en recepción junto con alguien más, parecían que querían que todo mundo se enterara de su plática y por eso gritaban casi casi.