Lo malo de este alojamiento es lo que no se ve. El dueño es amable y la casa se corresponde con las fotos, pero la estancia se hizo imposible, de hecho solo pudimos aguantar 3 días de 9 que teníamos pagados.
Empieza la tortura con unos gallos en la finca de al lado que gritan dia y noche.
La casa se llena de hormigas en 5 minutos, encontramos hormigas en los armarios de la cocina, en la taza del baño y en cualquier sitio, pero lo peor fue que también en la cama recorrían mi cuerpo.
Y a eso hay que añadir la dificultad para regular el agua de la ducha, o frio o hirviendo.