Hemos pasado cuatro estupendos días en este alojamiento. María, la propietaria, ha estado permanentemente disponible para cualquier problema que nos puestera surgir, como explicación de todos los aspectos relativos al acceso a la finca y preocupándose de que nuestra estancia fuera agradable. Cuida la finca un matrimonio muy agradable que también se preocuparon de que todo estuviera bien.
Tuvimos mucha suerte y el tiempo nos acompañó no haciendo demasiado calor para ser finales de junio.
El mayor problema que tiene la finca es el acceso por un camino de piedra que en el último tramo está regular ya que hay pendiente y la piedra y tierra más fina ha ido bajando, dejando el terreno un poco complicado, lo ideal es llevar un coche alto, cosa que no hicimos algunos de nosotros pese a estar avisados…😬😂😂😂
Por lo demás la estancia fue genia