Excepcional alojamiento. Habitación amplia y luminosa, con una vista espectacular. La cama es muy muy cómoda. Limpieza máxima. El desayuno insuperable: café expreso, tostadas recién hechas, zumo natural y dulces selectos. Y Ramon insustituible, un maravilloso anfitrión siempre atento al más mínimo detalle y gran conocedor de su comunidad; hemos seguido sus sugerencias tanto en visitas como gastronomicas y hemos pasado unas vacaciones geniales. Ademas es un hotel muy centrico para visitar un monton de sitios, tanto de costa como de interior, de Cantabria. Y siempre apetece regresar porque el descanso está garantizado. Gracias Ramón por todo.