En términos generales, la experiencia ha sido más que buena. La casa es preciosa, la atención, tanto por parte de Juana como de Olivier, magnífica (siempre están disponibles, son amables y cercanos y te ayudan en todo lo que necesites). Lo único a tener en cuenta de antemano, hecho que creemos que es importante, es que los propietarios viven en la propia casa, por lo que hay que tener en cuenta que la intimidad se ve limitada (eso sí, viven en la parte de arriba y hacen vida totalmente independiente). Por lo demás, todo bien.