La limpieza, sin quejas. No todos los hoteles tienen secador de cabello, incluso uno te daban dos horas para utilizar y tenías que pedirlo en la recepción. En uno, en el norte de España, nunca encendieron la calefacción.
Pero gracias a lo bonito que es España y a lo atenta que es la mayoría de los españoles, el viaje fue una maravilla.