Llegamos y nos hicieron pagar 10€ por la mascota (perrito de 2kg), cosa que no estaba indicada en ningún lugar al realizar la reserva. Posteriormente, al entrar en la habitación había eces de los huéspedes anteriores en la taza del váter, por lo que la limpieza que hicieron de la habitación me cuesta reconocer encontrándonos algo tan básico sucio. Pagamos 150€ por una habitación sin ventana, sin insonorizar, con las paredes de pladur que se escuchaban las conversaciones y portazos de las habitaciones contiguas y sin algo tan básico en invierno como es un secador de pelo. Desde luego que no volvería.