La comida bastante regular, el buffet parecía snack bar, no ofrecían variedad y habían islas que nisiquiera estaban abiertas. El personal no estaba capacitado para atención al cliente, si bien había excepción de meseros muy atentos, la mayoría te atendían con prisa. El transporte dentro del hotel muy escazo, los carritos de golf tardaban horas en llegar y casi siempre llenos, si no caminabas hacia las paradas no se detenían, como si fuera transporte público, uno de los choferes estaba tan alterado (parecía que llevaba mucha prisa) que manejaba muy temerariamente e incluso iba diciendo groserías en el camino. La limpieza de las habitaciones bastante mala, desde que nos entregaron la habitación había una bolsa de Shein tirada en el piso que no era nuestra y que jamás recogieron, es decir, nunca barrieron nisiquiera antes de entregar la habitación. Se acababa el jabón y no resurtian, se llevaban las toallas sucias y no dejaban nuevas, teníamos que perseguir al personal de limpieza por jabón y toallas. Los platos de comida sucios, desde el primer día y hasta el último se quedaron en la habitación, no entiendo por qué no recogían. Además que comenzaban a hacer muchisimo ruido y tocar puertas a las 8 am en punto, nuevamente, como si tuvieran mucha prisa. No volvería a este hotel para nada.